“SI
ME HACES CONOCER Y AMAR, EXTENDERÉ GRACIAS Y FAVORES”.
Dios
padre en su designio de Misericordia queriendo aliviar el dolor de sus hijos,
nos ha favorecido dándonos a María como Madre quien nos acompaña desde los
inicios de esta obra.
En
su afán por responder al querer de Dios nuestra Madre manifiesta su tierno amor
a quienes en sus enfermedades se entregan a ella confiando en su promesa
invocándola como Madre Salud de los Enfermos, desde entonces son muchas las
gracias y bendiciones que el Señor concede a quienes a ella se entregan bajo
esta advocación.
Como
hijos de su predilección llevamos impreso en nuestra vida el amor filial a
nuestra Madre como protectora y guía nuestra en la vida consagrada y
sacerdotal, ya que llevados de su mano llegaremos seguros al Corazón Misericordioso
de Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario